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Profesor Enrique Guerrero Gómez

Profesor Enrique Guerrero Gómez (1940-2019)

por prepa

Medalla al mérito académico 2018 por más de 50 años de labor en Fresnillo, Zacatecas.

Medalla al Mérito Académico

Don Enrique Guerrero Gómez, un ejemplo de la fragorosa labor educativa (2006)

Por Luis René Guerrero Galván

 

Enrique Guerrero Gómez

Redactor General: Alonso Guerrero Galván
1 de junio de 2019

Un ejemplo de la fragorosa labor educativa

Profr Guerrero

Don Enrique Guerrero Gómez

Créditos:

CR.

 

Que me perdone la ciencia

Apoyo a la educación

Obra

Homenaje

Despedida

Alumnos

Homenaje póstumo

Don Enrique Guerrero Gómez, un ejemplo de la fragorosa labor educativa (fragmento)

Por Luis René Guerrero Galván

Escribir sobre mi padre siempre será motivo de orgullo, satisfacción y agradecimiento infinitos que sería interminable de contar todo el cúmulo de experiencias vividas a su lado, sin embargo, esta vez trataré de se objetivo y les hablaré del hombre, el amigo, el discípulo y el maestro. De un fresnillense que siempre ha tenido la meta no sólo de la superación personal sino también de su terruño; que se ha sobrepuesto a tantas adversidades que es digno relatar. En pocas palabras, de uno de los seres que justo en estas épocas llenas de transiciones o abruptos nos hacen tanta falta.abuelito

Su infancia y adolescencia, una dura experiencia de maduración

Enrique nace el primero de marzo de 1940, en la pequeña casa ubicada en la calle Arteaga número 54. Quinto hijo del matrimonio compuesto por don Enrique Guerrero Alonso y doña María Gómez, naturales de Salinas, San Luis Potosí, y que por diversas causas, entre ellas, la solidaridad familiar de don Enrique para con su hermano, se habían trasladado al mineral del Fresnillo. Debido a su afición por la lectura desde su infancia, doña María siempre inculcó en sus hijos el gusto por las letras y, a manera de cuentos nocturnos, las grandes obras de la literatura universal, como El poema de mio Cid, fueron transmitidos a sus pequeños vástagos. Este muy señores míos, es el primer antecedente literario que dejó una honda huella en la vida de Enrique.

Su juventud, una lucha por la cultura y la oferta educativa

Tras haber terminado la secundaria, se matriculó en la Preparatoria “Benito Juárez”, ubicada en el mismo lugar de la institución secundaria, siendo una las pocas preparatorias federales que existían en la República Mexicana, debido principalmente a la centralización que ostentaban las universidades del país. Al reencontrarse con sus maestros de instrucción secundaria, como con el profesor Reyes Ramos, sería nuevamente integrado a las actividades culturales de la preparatoria. En esta época conoció al maestro Manuel Moreno Quiroz, personaje que sería trascendental para la vocación cultural de Enrique. El dómine Moreno, quien impartía la asignatura de Griego, afirmaba que “nadie sabía español como él”, razón por la cual le trasmitió al joven Guerrero su afición por el español y el verso, convidándolo a participar en la organización de los “Juego Florales”, motivo por el cual se finco una gran amistad.

Encontrando su vocación como docente.

Una vez terminada su instrucción preparatoria, se inscribió en la escuela Normal “Manuel Ávila Camacho”, ubicada en la ciudad de Zacatecas y egresando tres años después. Debido a que era uno de los pocos profesores que contaba con una preparación preparatoriana-normalista que, en esa época, equivaldría a una verdadera especialización, fue invitado de inmediato a poner sus esfuerzos al servicio de la educación, impartiendo cátedra en su ciudad natal en las escuelas “Josefa Ortiz de Domínguez” y “11 de Julio”, para luego trasladarse a la ciudad de Juan Aldama donde, a pesar de la actitud beligerante del párroco local y su no poca resistencia, logra fundar la escuela “Gustavo Díaz Ordaz”. El nombre lleva implícita la estrategia de contar con el apoyo decidido del Gobierno Federal para terminar con la edificación del plantel escolar, meta que fue cumplida.

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